Las nucleares españolas han sido criticadas por su papel en el apagón. Esto fue lo que hicieron antes, durante y después del colapso

  • Cuatro reactores, los de Almaraz II, Ascó I y II y Vandellós II, estaban operando con normalidad justo antes del apagón

  • Los reactores nucleares están preparados para detener las reacciones de fisión en cualquier momento

Trillo Ap
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jclopez

Juan Carlos López

Editor Senior - Tech
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Juan Carlos López

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El pasado 29 de abril, apenas unas horas después del colapso total de la red eléctrica española, Pedro Sánchez, el presidente de Gobierno de España, hizo estas declaraciones: "Los ciudadanos deben saber que durante esta crisis las centrales nucleares, lejos de ser una solución, han sido un problema porque estaban apagadas. Y ha sido necesario desviar a ellas grandes cantidades de energía para mantener sus núcleos estables. En este momento hay dos centrales nucleares activadas, y lo están no porque se necesiten, sino porque su activación ya estaba planeada".

Sus palabras requieren varias matizaciones si queremos conocer con cierto detalle cuál fue el rol de las instalaciones nucleares españolas en este incidente y qué hicieron antes, durante y después del apagón total. Lo primero en lo que merece la pena que reparemos es que solo tres de los siete reactores nucleares del parque español estaban apagados: el de Trillo porque los técnicos estaban recargando las barras de combustible, y los de Almaraz I y Cofrentes debido a las necesidades que tenía el mercado eléctrico en ese momento.

Los otros cuatro reactores nucleares, los de Almaraz II, Ascó I y II y Vandellós II, estaban operando con normalidad justo ante de que se produjese el apagón. Si tenemos esto presente la declaración de Pedro Sánchez en la que sostiene que "[...] las centrales nucleares, lejos de ser una solución, han sido un problema porque estaban apagadas [...]" no es acertada. Como acabamos de ver, cuatro reactores estaban entregando electricidad a la red con total normalidad. En cualquier caso, lo más interesante es lo que sucedió justo cuando se produjo el colapso.

Los sistemas de seguridad entraron en acción para garantizar una parada segura

Los reactores nucleares están preparados para detener las reacciones de fisión en cualquier momento. El procedimiento que se utiliza, muy a grandes rasgos, consiste en introducir en la sección activa de la vasija las barras de control, que están fabricadas en aleaciones metálicas de boro, cadmio o hafnio debido a que estos elementos químicos tienen la capacidad de absorber una gran cantidad de neutrones. Las reacciones de fisión se detienen con mucha rapidez gracias al efecto de las barras de control, pero, y esto es muy importante, los reactores nucleares tienen una gran inercia térmica.

Esto significa, sencillamente, que una vez que se ha detenido el flujo de neutrones por completo el reactor continúa generando calor residual debido a la desintegración de los productos derivados de la fisión nuclear. La principal consecuencia de este comportamiento es evidente: es imprescindible sostener la refrigeración del núcleo del reactor incluso aunque esta máquina se haya detenido mediante la introducción de las barras de control y modificando la composición del refrigerante al añadir ácido bórico al circuito primario, que también tiene un índice muy elevado de absorción de neutrones.

Los sistemas de refrigeración activos y pasivos tienen que garantizar que el calor residual no comprometa la integridad del reactor

Los sistemas de refrigeración activos y pasivos tienen que garantizar que el calor residual no comprometa la integridad del reactor, y, curiosamente, la inercia térmica puede perdurar incluso durante varios días. Cuando el pasado 28 de abril se produjo el colapso de la red eléctrica los cuatro reactores que estaban en funcionamiento se detuvieron automáticamente y se activaron los sistemas de seguridad que han sido diseñados para sostener una parada segura.

Lo primero que sucedió fue que los generadores diésel autónomos arrancaron automáticamente y generaron la electricidad que era necesaria en ese momento para mantener en parada segura toda la instalación. Todo se ejecutó tal y como estaba planificado según el Consejo de Seguridad Nuclear. Unas horas después, cuando se reanudó el suministro de electricidad procedente del exterior, se desconectaron los grupos diésel autónomos y se desactivó el plan de emergencia.

A partir de ese momento las centrales nucleares han ido reanudando la producción de electricidad, aunque antes de hacerlo los técnicos han llevado a cabo las comprobaciones de seguridad que son necesarias. Un apunte importante una vez que hemos llegado a este punto: la recuperación de la actividad de las centrales nucleares y su sincronización con la red eléctrica se efectúan a medida que el operador del sistema, que es Red Eléctrica de España, y el mercado eléctrico lo requieren. Una semana después del apagón total no tenemos ningún motivo sólido para concluir que las centrales nucleares españolas nos han puesto en peligro.

Imagen | Foro Nuclear

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