Monemvasia es uno de los pueblos más espectaculares de todo el Mediterráneo. Ahora afronta una amenaza: turistas

  • Monemvasia es un pequeño pueblo de apenas unas decenas de habitantes que tiene unas vistas imponentes, pero también calles extremadamente empinadas

  • Subir a la iglesia es un fastidio y las autoridades han planteado la instalación de un periférico... que no ha gustado

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Alejandro Alcolea

Editor

Las ciudades del medievo no son adecuadas para la vida moderna. Calles estrechas, empinadas en muchos casos y con accesos complicados, sobre todo cuando la población va envejeciendo. Al ser sitios históricos, es complicado hacer obras porque, más allá de posibles daños al patrimonio, algo que se verá afectado sí o sí son las vistas. Y esa disyuntiva entre mimar el patrimonio y poder desplazarse por el pueblo es la que inquieta a los vecinos de la ciudad medieval de Monemvasia.

¿La propuesta de las autoridades? Un teleférico. Y eso ha generado un auténtico cisma en esta apacible ciudad del siglo VI.

Complicado. Monemvasia es una localidad que está en el Peloponeso. La panorámica es espectacular, ya que se trata de un montículo unido al resto del continente por una delgada lengua de tierra y un puente. Las vistas son igual de interesantes desde la iglesia de una de las zonas más altas, ya que además del pueblo, puedes ver casi todos los costados del apéndice.

El principal problema es la falta de espacio llano: el pueblo se construyó en la ladera de una montaña, lo que complica el acceso entre la parte baja y la alta. Tanto que hay vecinos que llevan tiempo sin poder subir a la iglesia y a esas zonas superiores por complicaciones lógicas de la edad. No dejan de ser caminos de piedra en una ascensión de unos 240 metros por calles serpenteantes.

La idea. Para solucionar este problema de movilidad interurbana, a las autoridades se les ocurrió una idea: un teleférico. Es una forma sencilla de conectar ambas partes para que personas con movilidad reducida o quien lo desee, pueda ascender hasta la iglesia sin mayores problemas. Además, una gran ventaja es que la Unión Europea pondrá los casi siete millones necesarios para financiar el proyecto.

Ya ha sido aprobado por el Consejo Arqueológico Central, pero hay quien afirma que lo que buscan es convertir Monemvasia en un nuevo ‘Disneyland’.

Cable Car Monemvasia En amarillo, el sendero. En rojo, el teleférico. Foto del Ministerio de Cultura griego, vía GTP

El bombazo. Esto no dejaría de ser una noticia local, pero hace unos meses, tras conocer el proyecto, Europa Nostra clasificó el castillo de Monemvasia como uno de los monumentos más amenazados de Europa para este 2025. Se trata de una federación panaeuropea de organizaciones no gubernamentales que busca concienciar sobre las acciones que pueden poner en peligro el patrimonio, y no ven con muy buenos ojos ese teleférico.

Europa Nostra comenta que el proyecto parece estar más inspirado en intereses especulativos que en ayudar a los habitantes con problemas de accesibilidad, asegurando que no pone en relieve el valor cultural de la ciudad del Castillo, sino que lo socava. Desde Europa miran con atención, ya que Glenn Micallef, que es el Comisario Europeo de Justicia entre Generaciones, Juventud, Cultura y Deportes, ha declarado que esas listas ayudan a identificar dónde hay que redoblar esfuerzos para que las generaciones futuras puedan disfrutar del patrimonio.

Monemvasia Church Of Hagia Sophia La iglesia coronando la península

En Contra. Más allá de encontrarse con Europa Nostra de frente, hay vecinos que tampoco ven con buenos ojos el proyecto. En The New York Times nos encontramos declaraciones de personas que viven en Monemvasia y en Gefira, una ciudad al otro lado del puente, que afirman que hay otros problemas que resolver antes que el de poder subir a la iglesia.

Kostas Paschalidis, presidente de la Asociación de Arqueólogos de Grecia, opina que el objetivo claramente es servir al turismo masivo más que facilitar el acceso a personas con movilidad reducida. Señala que gran parte del casco antiguo es inaccesible para personas en silla de ruedas y eso es algo que deberían solucionar primero. También hay quien opina que hay problemas más urgentes, como un alcantarillado deficiente o una mala calidad del agua. De hecho, el agua se bombea desde el continente y hay cortes.

Monemvasia Las vistas desde arriba son impresionantes

La turistificación. Y, claro, hay quien argumenta que los cables y torres arruinarían la belleza visual del sitio. La cuestión del turismo también está sobre la mesa. Christos Giannou tiene dos casas para turistas y sería alguien interesado en fomentar, precisamente, eso, pero comentó que se opone por motivos estéticos y que hay que mantener el turismo en “niveles humanos”.

Las autoridades son esquivas cuando se habla del turismo, pero también contradictorias. Stavros Christakos es el vicealcalde de la localidad y comenta que es difícil saber cuántos visitantes llegan cada año (los hoteles estiman entre 160.000 y 200.000 visitantes) y que el objetivo no es atraer más visitantes, sino que la localidad sea accesible para todos. Sin embargo, la contradicción viene cuando señala que el teleférico puede transportar hasta 160 personas por hora en un pueblo en el que apenas viven unas cuantas decenas de personas en el núcleo amurallado (unas 4.000 en toda la zona) y donde se estima que, al día, suben unas cien personas a la parte más alta.

Vecinos hermanados. Los números para justificar ese bien social para los habitantes del pueblo parecen no cuadrar, y reciben apoyo del otro lado del puente. Gefira es otra localidad que se nutre del turismo a Monemvasia y, precisamente, es una guía local quien teme que se conviertan en el nuevo Mykonos si el número de turistas sigue creciendo y se promueven construcciones para que así sea. En España ya hay quien está experimentando eso.

Gerifa A la derecha, Monemvasia. A la izquierda, Gerifa

Y a favor. El Ministerio de Cultura griego considera que se están generando “reacciones excesivas” por parte de “pequeños grupos de personas” y que el teleférico, que se hará con “todas las licencias legales y pleno respeto al yacimiento arqueológico, contribuirá en gran medida a la promoción del mismo”.

Pero también hay residentes y comerciantes de Monemvasia que ven con buenos ojos la obra. Takis Papadakis tiene un hostal en un antiguo monasterio y afirma que la mayoría de sus clientes tienen 65 años o más y se entristecen por no poder subir a la parte alta del pueblo. Mismo caso que el de Chrysafo Karkani, una arquitecta de 76 años que no puede subir a la cima desde que sufrió una caída hace cinco años. Karkani comenta que echa de menos las vistas, y Papadakis que “hay que avanzar con los tiempos”.

Dichosos teleféricos. Veremos cómo se resuelve este caso y si deben intervenir los organismos internacionales, ya que no sería la primera vez. Machu Picchu se ha convertido en un destino turístico mundial y corre el riesgo de morir de éxito. Hace unos años, para potenciar aún más ese turismo, se planteó la posibilidad de construir un teleférico. Sin embargo, la UNESCO movió ficha e intervino rechazando la idea de esa estructura en un lugar que es Patrimonio Mundial.

En la Fortaleza de Belgrado, Serbia, también se planteó instalar un teleférico. Fue el gobierno quien impulsó la idea, pero tras el rechazo de parte de la sociedad, de expertos en patrimonio y de la propia Europa Nostra, se se enfrentó a la idea. Por tanto, veremos qué ocurre con el teleférico de Monemvasia, pero que Europa Nostra te incluya en la lista de monumentos en riesgo es algo que se toman en serio desde las autoridades.

Imágenes | Google Maps, Katsikas pantelis, Jeroenu

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